Uno de los grandes atractivos de Alcalá de Henares como foco de recepción de visitantes es la Universidad Cisneriana. Ésta, junto con la vinculación de la ciudad con Cervantes, fundamentaron su designación como Patrimonio Mundial de la Unesco.
Lo de Universidad Cisneriana se explica porque fue el Cardenal Cisneros quien impulsó la creación de este centro docente en el siglo XVI. De hecho, estamos ante la primera ciudad universitaria planificada del mundo.
De aquel impulso creador nos han quedado algunos edificios monumentales, todavía en uso. Por ejemplo, el Colegio Mayor de San Ildefonso, con una fachada principal que nos deja boquiabiertos, o el impresionante Paraninfo.
Una ciudad universitaria
Cuando se creó la Universidad, Alcalá de Henares ya era una población asentada en la zona donde ahora está la Catedral Magistral, apartado de su germen Complutum, antigua ciudad romana. No obstante, el nombre de Complutum subsistiría en el lugar. Por eso la Universidad también se llamó Complutense.
Tras cientos de años de esplendor, la institución fue perdiendo importancia en el siglo XVIII. Quizá por eso en 1838 acabó siendo trasladada a Madrid con el nombre de Universidad Central. Con el tiempo recuperaría el nombre de Universidad Complutense, como la conocemos hoy.
Ya a finales de siglo XX se fundó una nueva universidad en Alcalá de Henares, que es la actual. Eso sí, utiliza algunos edificios de la institución primitiva, además de otros por razones de espacio.
Una visita guiada por Alcalá de Henares, como el free tour de Cervantes, contará esto y mucho más. Necesariamente el guía se detendrá en la Universidad, aunque también pasará por la plaza de Cervantes, el Museo Casa Natal de Cervantes, el Corral de Comedias o la histórica calle Mayor.
Colegio Mayor de San Ildefonso
El Colegio Mayor de San Ildefonso es la gran joya de la antigua Universidad Cisneriana. Su fachada principal es soberbia y está repleta de formas y figuras alegóricas que atraen poderosamente la atención del visitante y de su cámara de fotos.
Esta fachada se empezó a levantar en 1537 con un diseño de Rodrigo Gil de Hontañón, responsable también de las catedrales de Segovia y Salamanca. Cuando se terminó en 1553 estaba al mando de la obra el aparejador Pedro de la Cotera.
Pero es que además su decoración es elaboradísima. Y eso exigía muchos más participantes. Por eso en su finalización trabajaron los mejores entalladores y forjadores de la época, como Francisco de Villalpando y Ruiz Díaz del Corral, que también participaron en la catedral de Toledo.
Mirando de frente a la fachada una puerta se nos abre en su parte central. Podemos pasar libremente para admirar el interior, que es muy interesante. Lo primero que veremos son dependencias a izquierda y derecha, pero lo que nos interesa es pasar al patio.
Los patios de la Universidad Cisneriana
El patio principal de este Colegio tiene el nombre de Santo Tomás de Villanueva. Este patio fue diseñado por Juan Gómez de Mora, arquitecto que dejó mucha huella en Madrid con la plaza Mayor, la Casa de la Villa y otras construcciones que han perdurado hasta hoy.
Desde el centro del patio vemos un edificio de tres pisos donde cada galería está rematada con arcos. Los paramentos están cubiertos de figuras, escudos y adornos. Una de ellas es la de Tomás de Villanueva, uno de los primeros alumnos del centro, que fue canonizado. Dentro del patio se conserva un antiguo pozo.
Si seguimos adentrándonos llegamos al Patio de Filósofos o de Continuos. Este lugar tuvo diversos usos a lo largo de la historia, uno de ellos como residencia de estudiantes. Ahora lo que vemos es un agradable jardín, con una estatua del Cardenal Cisneros en su interior.
El siguiente es el Patio Trilingüe, obra de Cotera como dice en la entrada. Se llama así porque a él se abrían las ventanas del Colegio Trilingüe, con alumnos de latín, griego y hebreo. Normalmente lo hemos visto cerrado, pero se puede ver su interior a través de la reja.
El Paraninfo y la Capilla
En este último patio está la entrada principal del Paraninfo. Pero también existe una puerta, más usada normalmente, desde el Patio de Filósofos. Este salón, construido hacia 1520, es de los más bonitos que podemos ver, con esa estructura de madera de formas geométricas en el techo.
El Paraninfo era el lugar donde se celebraban los actos académicos más solemnes. Por ejemplo, aquí se imponían los grados. En la actualidad es el lugar donde anualmente se entrega el Premio Cervantes de Literatura. Por eso es bastante probable verlo alguna vez en algún noticiero de la televisión.
La Capilla de San Ildefonso es otra de las joyas de esta vieja Universidad Cisneriana. Se construyó hacia el año 1600 y posteriormente sirvió como lugar de enterramiento de algunos personajes ilustres de la Universidad.
En la Capilla está el famoso sepulcro del Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros. De este sepulcro, hecho en 1521 en mármol blanco de Carrara, se dice que es uno de los monumentos funerarios más bellos jamás construidos. Curiosamente, los restos mortales del Cardenal no descansan aquí sino en la Catedral Magistral.
Para terminar, una palabra sobre la residencia de estudiantes. Por una modesta entrada desde la plaza de Cervantes se accede a un bonito patio donde en verano se improvisa un escenario teatral. Aquí estuvieron las habitaciones destinadas a los estudiantes que venían de fuera. A su lado está la Sociedad de Condueños, creada para conservar el patrimonio artístico de la Universidad.
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