El Palacio del Marqués de Salamanca es uno de los edificios más destacados de Madrid. Sin embargo, al estar parcialmente oculto por un jardín llama poco la atención. Además, como no ofrece acceso público apenas se conoce por dentro.
Se construyó por orden de José María de Salamanca y Mayol, que utilizó su fortuna para crear grandes obras y satisfacer sus ambiciones. Desde su inauguración, el palacio fue foco de atracción de la sociedad madrileña.
En la actualidad, el palacio es sede principal de la Fundación BBVA. Su uso está destinado a actividades de la Fundación relacionadas con la investigación y la cultura. Frecuentemente ofrece conciertos y exposiciones de videoarte. En el año 2000 se declaró Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento.
Un palacio en las afueras
La importancia de este palacio en el momento de su construcción fue enorme. Esta parte de la ciudad era más bien periférica, con pocas construcciones. A su lado, donde hoy tenemos la Biblioteca Nacional, había una fábrica de carruajes. Y al otro lado todavía estaba el Pósito, conjunto de edificios para el almacén de cereales y otros productos.
Tras la inauguración del Palacio del Marqués de Salamanca en 1858 vinieron otros que convirtieron el paseo de Recoletos en lo que es hoy. Así, se levantó el Palacio de Linares donde estuvo el Pósito, el mencionado edificio de la Biblioteca Nacional, o el Palacio de Medina de las Torres, entre otros.
Más tarde, y gracias al impulso del Marqués, se fue levantando lo que hoy conocemos como barrio de Salamanca. El nuevo barrio tendría otros palacios y muchos edificios de viviendas de calidad. Por eso, desde el inicio constituyó una de las zonas más cotizadas para vivir en Madrid.
En aquella segunda mitad de siglo XIX los políticos y militares se disputaban los nombres de las nuevas calles. El general Serrano, que fue regente y presidente del Gobierno, se llevó una de las más cotizadas. Esa misma calle antes se había dedicado a Narváez, que con el cambio, ya después de muerto, tuvo que conformarse con otra más alejada dentro del mismo barrio.
Diseño del Palacio del Marqués de Salamanca
El palacio se asienta en los terrenos donde estuvo el convento de Agustinos Recoletos. Del nombre de esta congregación, por cierto, viene el nombre del paseo de Recoletos. Con la desamortización de Mendizábal los monjes fueron expulsados y el convento derribado.
El diseño del edificio corresponde a Narciso Pascual y Colomer, entonces arquitecto preferido de la corte de Isabel II. A Pascual y Colomer se deben también el Congreso de los Diputados y el trazado definitivo de la plaza de Oriente.
El Marqués de Salamanca encargó un palacio que fuera el más rico y moderno de Madrid. Para conseguirlo el arquitecto optó por un edificio de estilo italiano clásico configurado en torno a un patio central cuadrado. Y por eso adornó tanto la fachada principal, con arcos de medio punto y columnas que le dan un aspecto imponente.
Se trata de un edificio exento. Es decir, que está descubierto por todas sus partes, que no tiene ninguna otra construcción pegada. Se rodea de un jardín, con algunos árboles frondosos que dificultan la visión desde el otro lado de la verja.
Un jardín centenario
El Palacio del Marqués de Salamanca consta de un semisótano y dos plantas distribuidas en torno al patio central. Ese patio está cubierto por una superficie acristalada que deja pasar la luz natural al vestíbulo. Al lado del palacio, y como consecuencia de reformas posteriores, se levantaron los pabellones norte y sur, conectados con el principal.
Desde el vestíbulo arranca una escalera principal que sube a la planta noble. Algunas estancias están decoradas con pinturas murales y abundan los cuadros, cortinajes y muebles antiguos.
Todo el conjunto está cerrado por una verja que no permite acceder libremente. Desde fuera se puede admirar el jardín, que alberga una fuente de mármol de carrara. Más llaman la atención aún los frondosos árboles, que se dice que datan de los años de la construcción.
En el jardín, que inicialmente fue más grande, hubo otros elementos decorativos que lo hicieron más suntuoso. Entonces hubo una estufa o invernadero, que en el siglo XX se trasladó a la Rosaleda del Retiro y acabó perdiéndose en la Guerra Civil. Sin embargo, aún se conservan las fuentes del Amorcillo y del Fauno entre las rosas.
Quién fue el Marqués de Salamanca
José de Salamanca y Mayol no fue salmantino, sino de Málaga, donde nació en 1811. Empresario con gran visión para los negocios, a él se deben algunos logros históricos, como la creación del barrio de Salamanca y la inauguración del primer tren de Madrid, que desde 1851 enlazó la capital con Aranjuez.
En su vida se enriqueció y arruinó varias veces y perteneció, como Grande de España, a la aristocracia más influyente. Es famoso el pelotazo bursátil en el que Salamanca ganó una fortuna (30 millones de reales) en un solo día gracias a la información privilegiada de que disponía. Ocupó cargos de Diputado, Senador y de Ministro de Hacienda, ejerciendo gran influencia sobre la Reina.
El título de Marqués de Salamanca lo creo Isabel II expresamente para el empresario en reconocimiento a sus aportaciones a la sociedad. Del Marqués de Salamanca existe una estatua en la plaza que lleva su nombre, dentro del barrio homónimo.
También se conoce como Palacio del Marqués de Salamanca el que tuvo en Carabanchel, en la Finca de Vista Alegre, y que hoy está en desuso. Fue en este último palacio donde murió el Marqués de Salamanca, vendido ya el del paseo de Recoletos número 10, en 1883.
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