La capital española en sin duda uno de los destinos más demandados tanto a nivel nacional como internacional. Los informes anuales arrojan que, a fecha de cierre del curso 2023, la Comunidad de Madrid sumaba un total de casi 7,9 millones de turistas de todo el mundo, casi un 30% más en relación al año anterior. Cifras que no solo reflejan el parador madrileño como cuna del turismo, sino que influye de manera directa y positiva en el crecimiento económico del país en general y de la comunidad en particular.
Tal es así, que el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid – Barajas tiene capacidad para albergar a más de 90 millones de pasajeros al año, siendo una de las infraestructuras aéreas de mayor envergadura dentro de la Unión Europea. En 2023, registraba un tráfico de casi 61 millones de personas que empezaban o terminaban un viaje en esta ciudad, casi un 20% más que en 2022.
Viajar se ha convertido en una de las primeras opciones en el ranking de ocio y entretenimiento. Y es que, como decía Hans Christian Andersen, «viajar es vivir», y lo bonito de la vida reside en vivir viajando. Y para ello, Madrid siempre es el destino más apropiado. De hecho, debido al gran volumen de turistas y visitantes, la ciudad alberga algunos de los mejores casinos de España con una amplia variedad de juegos. Incluso se puede jugar por Internet a estos juegos, destacando el blackjack entre ellos, siendo el blackjack uno de los preferidos.
Patones de Arriba: la visita más rural fuera de la urbe
Cuando se menciona la ciudad de Madrid son muchas las palabras que acuden de inmediato a la mente de cualquier persona: la Puerta del Sol, Puerta de Alcalá, las cuatro torres, el Museo Nacional del Prado, la Plaza Mayor, el Palacio Real de Madrid, la Catedral de la Almudena, el Santiago Bernabéu, la famosa avenida de Gran Vía, la plaza de Ópera, la plaza de España, el Mercado de San Miguel, el mirador del cerro de Tío Pepe, la Plaza de la Villa, la Biblioteca Nacional de España, el Jardín del Reina Sofía, el Jardín Botánico, el Retiro y el Palacio de Cristal.
Zonas llenas de extranjeros que se desviven por hacerse las fotos más típicas y tradicionales de esta ciudad. Pero Madrid es mucho más. Madrid es naturaleza, paz, aire, y eso que puede parecer imposible teniendo en cuenta el nivel de coches y vehículos que transitan cada día las calles madrileñas.
Son muchos los sitios por excelencia donde disfrutar de la naturaleza más pura alejados del centro de Madrid, como el Parque Natural La Pedriza, las Cascadas del Purgatorio, el Hayedo de Montejo o la Sierra del Rincón, pero aún quedan muchos rincones por recorrer llenos de encanto.
Las maravillas de Patones de Arriba
Esta pequeña localidad de apenas 530 habitantes en el sur de España y situada en la zona nordeste de Madrid es uno de esos pequeños pueblos llenos de magia que parecen estar salidos de un cuento lleno de fantasía. Un pueblo medieval que se caracteriza principalmente por sus fachadas de piedra, sin edificios altos, algo que puede parecer impensable en la capital.
Patones de Arriba es un pequeño reino de naturaleza a tan solo 60 kilómetros de la capital. Una mítica leyenda donde los caminos de piedra y las hierbas en las fachadas son dos de los símbolos más característicos de esta pequeña aldea. Uno de los ejemplos visuales donde mejor puede apreciarse la belleza de la arquitectura basada en materiales tan atípicos como la pizarra negra.
Tal es su belleza que en 1999 Patones de Arriba fue declarado bien de interés cultural, dentro de la categoría de Conjunto Histórico. Un título que le otorga prestigio dentro de los destinos naturales madrileños. Además de ser una de las opciones más elegidas por fotógrafos y profesionales de la industria cinematográfica como escenario para dejar volar su imaginación y captar los detalles más escondidos a través del objetivo.
Las calles de Patones de Arriba
Haciendo mención a su nombre, Patones de Arriba puede considerarse como una de las aldeas más empinadas dentro de Madrid. Y es que, casi el 80% de sus calles, sino más, son cuestas empinadas que invitan a quienes las visitan a perderse en cada uno de sus rincones, desde las calles principales a pequeños miradores escondidos entre las zonas menos concurridas.
Y es que Patones de Arriba no es un lugar para ir con guía establecida, sino para descubrirla sin punto de inicio ni punto final. No importa mucho dónde empiece la visita a esta aldea, no hay pérdida. Al final del día sí o sí cualquier turista habrá podido guardar en su retina de por vida imágenes tan bonitas como la antigua iglesia de San José y el famoso lavadero donde antiguamente los habitantes acudían cada día para limpiar la colada.
Una de las curiosidades de Patones de Arriba es la bondad y alegría que reflejan cada una de las caras de sus habitantes. Siempre con una sonrisa y un «hola» en boca, que no dejan a nadie indiferente. Incluso hay quienes afirman que una vez que vas no será la última, sino que cualquier persona vuelve entre una o dos veces más en distintas épocas del año para disfrutar del atractivo de este pueblecito.
Los miradores de Patones de Arriba
Patones de Arriba no solo son sus cuestas, sino sus miradores. Es de parada obligada para cualquier visitante ir a la zona más alta, donde están los famosos tiradores, o miradores, de Patones de Arriba. Una vista 360 del pueblo que permite ver ciudades y pequeñas aldeas cercanas. Uno de los sitios preferidos por los turistas para esperar frente al campo la puesta del sol, mientras disfrutas de la mejor compañía, ya sea con amigos, pareja o disfrutando de la paz que da estar solo.
Esta zona también está llena de arcenes y cercados de pizarra, alineados con la estética peculiar de esta aldea. Pero lo más especial es que dependiendo de la temporada y el día que se visite, se puede incluso ver animales al aire libre como cabras y ovejas. Un viaje al más puro estilo Heidi.
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