Paseando entre la Plaza Mayor y el Mercado de San Miguel puede que te encuentres con una placa pintada en una fachada que recuerda al Maestro Villa.
O quizá no la veas porque está un poco alta, entre dos balcones del segundo piso. Además es una zona de muchas distracciones, pero la placa está ahí y tiene su sentido. Sólo tienes que levantar la vista para leerla.
El año que murió, 1935, ya se hizo un concierto homenaje a su memoria. Desde entonces, la huella del maestro ha permanecido en la ciudad. Por ejemplo, la placa de que hablamos se inauguró en 1942. Y en el centenario de su nacimiento, 1971, se organizó un gran concierto de sus obras en el Parque del Retiro.
La Banda del Maestro Villa
La placa en cuestión dice: “En esta casa vivió y murió el ilustre Maestro D. Ricardo Villa, fundador y director de la Banda Municipal de Madrid”. Y sigue: “Homenaje del Ayuntamiento de Madrid a su Memoria”.
Como dice el homenaje, al Maestro Villa se debe la fundación de la Banda Municipal de Madrid. Pero no se trata sólo de eso. Si la capital tiene una consideración especial hacia este compositor, violinista y director de orquesta es por su dedicación al frente de la Banda para difundir la música entre los madrileños.
Desde que en 1909 fundara el conjunto, el Maestro y sus músicos ofrecieron recitales gratuitos al aire libre en el Parque del Retiro y en el Paseo del Pintor Rosales. Y el éxito debió de ser considerable porque no dejaron de hacerlo durante muchos años.
De hecho, la tradición de escuchar música en la calle permanece desde entonces. En el Templete del Retiro la Banda Municipal sigue tocando los domingos por la mañana, salvo la interrupción obligada por razones sanitarias.
Una vida dedicada a la música
Ricardo Villa González nació en Madrid en 1871 (algunas fuentes dicen 1873) y desde niño estudió música. En el conservatorio fue alumno de Jesús de Monasterio y de Emilio Serrano. Y con 17 años ya tenía plaza en el Teatro Apolo y en la iglesia de Montserrat.
Después se convertiría en primer violín de la orquesta del Teatro Real, de la que acabaría siendo director, así como de la Sociedad de Conciertos. Estas responsabilidades las compaginó con la composición musical.
Entre sus composiciones están los Cantos Segovianos, sinfonía en cuatro tiempos, y la Rapsodia Asturiana. Esta última fue creada especialmente para el violinista Pablo Sarasate. También compuso zarzuelas y obras para banda, como la Gran Fantasía Española.
Madrid siente un agradecimiento especial hacia el Maestro Villa. Eso se puede comprobar en el homenaje pintado en la fachada de la que fue su casa en la plaza de San Miguel, frente al popular mercado del mismo nombre.
De Madrid al Maestro Villa
Pero no es éste el único recuerdo de Madrid al Maestro. Si bajas un poco por la Cava de San Miguel vas a encontrar una calle a la derecha que también lleva su nombre. Te será fácil reconocerla porque el restaurante que hace esquina también se llama Maestro Villa.
La calle en cuestión es corta y estrecha, a la vez que muy tranquila. Empieza en la Cava de San Miguel y desemboca en la plaza del Conde de Barajas, uno de esos lugares apacibles del Madrid de los Austrias.
En el Parque del Retiro también encontramos un homenaje al músico. La plaza donde se ubica el Templete de música se llama plaza del Maestro Villa. No es casualidad que sea aquí donde la Banda Municipal toca los domingos por la mañana.
El homenaje al Maestro Villa está en la Travesía Bringas, 3. Para entendernos, en el lado este de la plaza de San Miguel o en lo que sería el primer tramo de la Cava de San Miguel.
En el mapa Qué ver en Madrid en 10 pasos, la plaza de San Miguel está a la izquierda del paso 10 que indica la Plaza Mayor.
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