La Fuentecilla, monumento de La Latina

Want create site? Find Free WordPress Themes and plugins.

En tu paseo por el barrio de La Latina, cuando bajes por la calle Toledo, encontrarás una fuente decorativa de tamaño mediano que recibe el nombre de La Fuentecilla.

Se llama popularmente así, según dicen algunos historiadores, porque justo a su lado existía un pilón muy pequeño. Este pilón fue mandado derribar por el alcalde poco antes de construir el nuevo monumento.

La Fuentecilla es un elemento casi mítico entre los vecinos de La Latina, que hablan de ella con cariño. Se puede decir que es un monumento de importancia relativa, pero constituye un lugar de encuentro y una referencia espacial.

La Fuentecilla, un vecino del barrio

Se trata de un monumento serio, un tanto fúnebre y, para algunos, de dudoso gusto. Tanto es así que Mesonero Romanos dice que en la calle no hay ningún monumento, «a menos que queramos calificar de tal a la desdichada fuente». Y si así fuera estaríamos ante un monumento fúnebre del buen gusto.

Además podríamos calificarlo de modesto. Se compuso con materiales desechados de la antigua fuente de la Abundancia, en la Plaza de la Cebada, lo que la hace más humilde. Para el león rampante se usaron restos de la también desaparecida escultura de San Norberto del convento de Premostratenses.

También es cierto que la Fuentecilla forma parte de los elementos habituales del barrio de La Latina. No suele aparecer en guías turísticas ni nada por el estilo. Y sin embargo es muy popular entre los vecinos y sirve de punto de referencia para orientarse entre sus calles. Es habitual ver alguien parado a su lado, esperando a su cita.

Con sus 4,5 metros de altura, la Fuentecilla se construyó en 1815. Se trataba de rendir homenaje a la entrada a Madrid del rey Fernando VII tras su exilio en Francia. Idéntico origen tendría, muy pocos años después, la Puerta de Toledo, donde se puede leer también una dedicatoria al monarca.

La Fuentecilla y la monarquía española

Entre ambos monumentos no habrá ni trescientos metros de distancia, bajando por la calle Toledo. Esta calle es eje fundamental del barrio y marca la salida de Madrid hacia la capital manchega. Si bajamos más allá de la Puerta nos encontramos con la glorieta de Pirámides y Madrid Río.

El monumento de la Fuentecilla, construido en granito por el arquitecto Alfonso Rodríguez, representa el poderío de la monarquía española sobre los dos hemisferios. Pero hay que recordar que ese poderío estaba en clara decadencia, que hasta el rey anduvo exiliado. Así que tampoco era como para homenajearlo mucho.

En la parte frontal una placa dice: “A Fernando VII El Deseado, el Ayuntamiento del heroico pueblo de Madrid, corregidor el conde de Motezuma, año de MDCCCXV”. Bajo la placa tenemos las figuras de un dragón y un oso, en alusión a los escudos antiguo y actual de la ciudad.

En los lados del conjunto podemos ver los escudos. Uno es el actual, con el Oso y el Madroño, y el otro es uno antiguo con un dragón. Sobre el cuerpo central del monumento, coronándolo, tenemos la figura rampante de un león, pieza fundamental. El león es obra del escultor Manuel Álvarez, que hizo posar sus garras sobre dos esferas donde se dibujan los continentes.

Las estrellas de Madrid

Justo debajo del león tenemos las siete estrellas del escudo de Madrid, que también están en el de la Comunidad. Y se reparten por sus cuatro lados de forma desigual: tres en un lado, dos en otro y una en los otros dos. Abajo, en la parte trasera y los laterales, se encuentran los caños de la fuente, que vierten sus aguas sobre un pilón en forma de U recta.

En su día, la Fuentecilla tuvo once aguadores y traía aguas del arroyo del Abroñigal. En 1996 fue declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento.

La Fuentecilla se encuentra junto al número 105 de la calle Toledo, donde cruza con la calle Arganzuela. Se señala con el número 3 dentro del mapa del barrio de La Latina.