En una visita a Aranjuez siempre se pasa por los jardines del Palacio Real, que son parte fundamental de la oferta cultural de la ciudad. Por suerte, la entrada a todos ellos es gratuita, dentro de los horarios que vemos más abajo.
Los reyes españoles, durante siglos, hicieron de esta localidad uno de sus Reales Sitios. Por eso dedicaron esfuerzos constantes a hacerla más agradable para su estancia, creando una red de jardines de singular valor.
Estos jardines, junto con el Palacio Real, son el motivo por el que la Unesco ha declarado Patrimonio Mundial el Paisaje Cultural de Aranjuez. Y también es un reclamo excelente para que cientos de miles de turistas visiten la ciudad cada año.
Situando los Jardines del Palacio Real
Para situarnos, empecemos diciendo que hablamos de cuatro jardines diferentes. Y que todos ellos están en el entorno del Palacio Real. Dos de ellos pegados y otros dos a una distancia de pocos minutos andando.
Idealmente, una visita a Aranjuez comprenderá estos cuatro jardines y la entrada al Palacio Real. Pero también un paseo por el resto de la ciudad, que nos llevará a la plaza de San Antonio con su Fuente de la Mariblanca o al Teatro de Carlos III, entre otros.
El Parterre está situado bajo la cara este del Palacio Real. Comprende también el llamado Jardín del Rey, bajo el rincón sureste, y el Jardín de la Reina, en el rincón noreste. Cruzando el canal que forma el Tajo entramos al Jardín de la Isla, que queda al norte del Palacio.
Saliendo del Parterre hacia el sureste, como para adentrarse en la urbe, encontramos el Jardín de Isabel II. Y si nos alejamos hacia el este remontando el Tajo, a unos 400 metros del Palacio, llegaremos al Jardín del Príncipe, el más grande de todos.
Parterre
El Parterre fue mandado diseñar por Felipe V en 1727, cuando la mansión ya había sido habitada por varios monarcas. Tiene un estilo afrancesado, aunque se adapta a las condiciones del terreno, con el curso del Tajo a un lado.
En un rincón que forma el Palacio, lado sureste, tenemos el Jardín del Rey, inaugurado en 1582 pero integrado en el conjunto. Este jardín es el que veía el monarca desde sus habitaciones privadas. El Jardín de la Reina sería el que se forma en el rincón noreste.
En el Parterre vamos a encontrar una ornamentación muy interesante. En el primer estanque, circular, se levanta la Fuente de Hércules y Anteo, obra de Isidro González Velázquez en 1827. Las esculturas fueron hechas por Juan Adán.
La Fuente de Ceres está en el centro del Jardín, sobre un estanque ovalado. Ceres es la diosa de la agricultura, las cosechas y la fecundidad. Instalada inicialmente en el Jardín del Príncipe hacia 1791, fue trasladada a este lugar en 1889.
Las Nereidas ocupan dos estanques más pequeños y próximos al Palacio. Se atribuyen a Hubert Dumandre según diseño de Bousseay y fueron traídas desde La Granja en 1744. En el resto del Parterre encontramos caminos, setos recortados y flores según la época del año.
Jardín de la Isla
El Jardín de la Isla alberga una naturaleza más libre, en contraposición al Parterre. Su nombre se debe a que está rodeado por las aguas del Tajo. Está separado del Palacio por una ría artificial que forma la Cascada de las Castañuelas, obra de Santiago Bonavía.
Se trata de un jardín de estilo renacentista, con elementos italianos y flamencos. Fue creado en tiempos de Felipe II y se distribuye en torno a un eje central y unos caminos que forman cuadrículas. Algunos cruces se resaltan con glorietas y fuentes con bancos de piedra.
En un paseo tranquilo iremos descubriendo numerosos puntos de interés. Por ejemplo, tras el cruzar la ría sobre un bonito puente de piedra encontraremos la fuente donde Hércules mata a la Hidra. Y a pocos pasos está la Fuente de Apolo, del siglo XVI, en una plazoleta que fue llamada Puerta del Sol de Aranjuez por lo concurrida que estuvo.
Será frecuente encontrar pavos reales de vivos colores que deambulan a sus anchas por el recinto. Y que se paseen, por ejemplo, por la fuente del Reloj, cuyo chorro de agua va marcando la hora con su sombra sobre los bordes. O por la Fuente del Niño de la Espina, rodeado por cuatro columnas con una harpía en cada una.
También encontraremos en el Jardín de la Isla fuentes dedicadas a Venus, Baco, Neptuno y La Boticaria. Y una curiosa canariera, que si nos acercamos veremos que está llena de pájaros. Los árboles son viejos y altísimos, con muchos rincones en sombra y bancos para descansar.
Jardín de Isabel II
El Jardín de Isabel II es el más moderno de los cuatro y el que menos detalles ofrece para descubrir. Se sitúa más cerca del casco urbano y desde su inicio se pensó para disfrute público. Situado junto a la Casa de Infantes, sirve de cierre perimetral de la plaza de San Antonio.
Se creó durante la regencia de María Cristina, hacia 1835, siendo Isabel una niña. Tiene una forma casi cuadrada, lo que incitó a un diseño en cuadrícula con muchas simetrías. En el centro del recinto se sitúa la escultura de Isabel II.
Una inscripción en el pedestal dice que María Cristina, como gobernadora del Reino, accedió a la colocación de este monumento «erigido a expensas de Juan Luis Brunet en recuerdo de los grandiosos acontecimientos del año 1834».
Este Jardín es ideal para descansar entre la zona del Palacio y el centro urbano. Veremos setos recortados, bancos de piedra y árboles bajos. Como elemento ornamental vemos ocho vasos esculpidos por Jean Thierry hacia 1724.
Jardín del Príncipe
El Jardín del Príncipe es el más grande de los cuatro que rodean el Palacio Real. Y también el más alejado. Se llama así porque cuando Carlos IV impulsó su creación todavía era Príncipe de Asturias.
De inicio se concibió como lugar de divertimento de los reyes y su corte. Por eso tenemos un Real Embarcadero junto al río, con unos pabellones reales que todavía se conservan. A su lado está el Museo de Falúas, que exhibe la colección de góndolas que fueron atesorando los reyes en los siglos XVIII y XIX, unas embarcaciones fluviales de recreo muy decoradas.
Tres monumentos van jalonando el paseo. Son la Fuente de Narciso, la Fuente del Cisne o de las cabezas y la Fuente de Apolo. Pero su elemento más exótico es el estanque de los Chinescos, con un cenador de estilo chinesco y un templete neogriego. Sus surtidores están en funcionamiento todo el horario de apertura del parque.
También en el Jardín del Príncipe encontramos la Montaña Rusa, coronado por un templete de madera. Y en la parte más oriental se levanta la Casa del Labrador, un palacete a modo de casa de campo. Este edificio tuvo que cerrar al público temporalmente por reformas tras los estragos causados por la borrasca Filomena.
Las puertas monumentales de todo el recinto fueron diseñadas por Juan de Villanueva, que hizo otras intervenciones en Aranjuez. Además, paseando por el Jardín del Príncipe encontraremos ardillas, acequias, pequeñas construcciones, pabellones invernaderos, caminos serpenteantes o puentes de madera. Además, veremos una gran variedad botánica con árboles de altura sorprendente.
Horarios de los Jardines del Palacio Real de Aranjuez
Los horarios establecidos por Patrimonio Nacional para la apertura de los Jardines del Palacio son los siguientes:
- 1 enero – 28 febrero 08:00 – 18:30
- 1 marzo – 15 marzo 08:00 – 19:00
- 16 marzo – último fin de semana de marzo 08:00 – 19:30
- Último fin de semana de marzo – 15 junio 08:00 – 20:30
- 16 junio – 15 agosto 08:00 – 21:30
- 16 agosto – 30 septiembre 08:00 – 20:30
- 1 octubre – último fin de semana de octubre 08:00 – 19:30
- Último fin de semana de octubre – 31 diciembre 08:00 – 18:30
Las fuentes del Jardín del Príncipe tienen un horario propio de funcionamiento:
- Fuente de Narciso: de 12h a 12:15h y de 16:15h a 16:30h
- Fuente del Cisne: de 12:30h a 12:45h y de 16:45h a 17:00h
- Estanque de Chinescos: en funcionamiento durante todo el horario de apertura del Jardín
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