Hoy hemos decidido salir a la sierra de Madrid a disfrutar de una de esas joyas ocultas de la gastronomía. El Restaurante Azaya fue fundado en 1978 por los hermanos Santamaría y está llamado a continuar en las siguientes generaciones.
Situado al pie de las montañas, este restaurante es de los que sirven para organizar toda una excursión. Cuando sales del coche, tienes una sensación tan diferente a la de estar en la ciudad que te da la impresión de haber llegado muy lejos. Pero en realidad estás a poco más de media hora del centro.
Dirección: C/ Muñoz Grandes nº 7, Mataelpino, Madrid
Cocina: Clásica tradicional
Precio medio: 50€
Visitado en 2019
Dos hermanos y un sueño
En la web del restaurante Azaya leemos el bagaje gastronómico de sus dueños. Guillermo y Alejandro Santamaría Sanz estudiaron en las mejores escuelas de hostelería. De IHTTI de Nechâtel (Suiza) y Le Cordon Bleu de París han traído sus enseñanzas. Y han practicado en restaurantes prestigiosos como el hotel biológico «L’aubier», el restaurante Ramón Roteta de Fuenterrabía o Zalacaín y Jockey en Madrid.
Todas estas enseñanzas se fundieron con los consejos de sus padres. Y se presentan en forma de platos en el restaurante que hoy día regentan.
Tras reservar con varias semanas de antelación (obligado en fechas señaladas) nos acompañan a nuestra mesa y pedimos las bebidas. Mientras vemos la carta nos detallan las recomendaciones del día.
El producto como protagonista en Restaurante Azaya
Para los entrantes empezamos con Lomos de Sardina Ahumada, Aguacate y Vinagreta de Tomate. Se piden de forma individual, por lo que podemos pedir tantos como deseemos. En nuestro caso, como nos encantan, pedimos una buena cantidad.
Continuamos con un capricho, Morcilla de Segovia. Tiene un sabor muy suave y tuvimos que pedir más pan porque estaba muy bueno.
Estamos en temporada y no podían faltar los Boletus Salteados con Jamón y Ajo. Aquí también tuvimos que repetir.
Pasamos a los principales, que son muy variados. El bacalao al Pil-Pil tradicional, sin nada más que el bacalao como protagonista indiscutible, es una delicia.
Unas Yemas de Espárragos con Salmón, Langostinos y Vinagreta. Hicimos bien en seguir las indicaciones del maître, que nos las recomendó.
Para continuar con la tradición (este plato siempre lo pedimos en Azaya) llegan las Chuletillas de Lechal, delicadas y en una muy buena cantidad.
Para terminar vamos con el plato estrella para muchos y una de sus especialidades, Entrecot de novillo. Viene acompañado con salsa casera a la pimienta y Salsa Roquefort. Sencillamente espectacular.
Tras esta gran comida no dejamos espacio para el postre. No puede ser todo. Eso sí, disfrutamos mucho tanto del ambiente hogareño como de las espectaculares vistas a la sierra.
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