Casa Revuelta fue fundada hace más de 50 años por Santiago Revuelta (1966). Nacido en Valladolid, llegó a Madrid como quien dice con lo puesto. En la actualidad su taberna es una de las más populares entre los madrileños.
Ubicada en el Madrid de los Austrias, Casa Revuelta es un clásico de las tajadas de bacalao. A sólo unos pasos de la plaza Mayor, por su fachada en Puerta Cerrada pasan cada día miles de personas. Y muchas de ellas entran a tomar una caña bien tirada o un vermú.
Dirección: Calle Latoneros, 3
Cocina: Taberna castiza
Precio medio: 5€-10€
Visitado en diciembre de 2018
Mucho encanto concentrado en pocos metros
Siempre que visitamos una taberna tradicional en el centro de Madrid (cada vez menos) buscamos algunos símbolos que la identifican. En el caso de Casa Revuelta, sus azulejos, la barra de aluminio y la madera en el techo.
Desde hace décadas varias generaciones hacen cola para disfrutar del taberneo en segunda o tercera fila de barra. No es una exageración, a algunas horas simplemente no se puede entrar. Cuando se puede, hay que buscar un pequeño hueco en la barra. Y si hay mucha suerte quizá sentarse a una de las 4 pequeñas mesas que hay junto a la puerta.
2 tajadas de bacalo y una caña en Casa Revuelta
Esta es la frase más escuchada entre la multitud, «2 tajadas de bacalao y una caña». Es la medida perfecta para una persona que viene a tomarse el aperitivo. Muchos consideran las de Casa Revuelta como las mejores tajadas de bacalao de Madrid. Aunque rivalizan siempre con las de la cercana Casa Labra. Y yo completaría el trío de ases con las de la Cervecería Alemana.
Los platos que se ofrecen son pocos pero muy bien elaborados. El principal es la tajada de bacalao, que algunos llaman buñuelo (aunque no lo sea) y otros soldadito de Pavía. Verás que sale en bandejas de 20 unidades sin parar de la cocina. A uno le entra la curiosidad por saber cuántas tajadas desfilan por la barra un sábado cualquiera. Seguro que muchas.
Empanadillas caseras, albóndigas de ternera con tomate, torreznos y queso manchego completan las opciones. En cuanto a bebida, el protagonismo se divide entre la caña bien tarada y el vino servido en frasca. Pero también es sitio de vermú, y algunos van siempre a tomarlo a medio día.
Los camareros son muy rápidos y profesionales. Y eso que se mueven en un espacio muy reducido. Si decides ir en domingo a la hora del aperitivo o en navidades, ten en cuenta que tendrás que pelear por un trozo de barra. Eso sí, merecerá la pena.
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